Los alimentos ricos en selenio, en betacaroteno, y en vitamina E, protegen nuestra epidermis, luchando contra los radicales libres. Integrados en la alimentación, o consumidos en forma de cápsulas, nos proporcionan una piel mucho más bonita durante todo el año.
Desarrolladas para luchar contra las agresiones que dañan la piel, y para ayudar a nuestra epidermis a aumentar sus defensas en antirradicales, estas multivitaminas antioxidantes protegen las membranas celulares y aumentan la tolerancia de la piel al sol.
Nutrientes y vitaminas
Los beneficios del selenio: Se trata de un oligoelemento que se encuentra en la carne, los mariscos, las verduras, el queso y todos los alimentos ricos en proteÃnas. El selenio protege el cuerpo de los golpes de sol, facilita el bronceado y ralentiza el envejecimiento cutáneo, actuando contra los radicales libres.
Se debe consumir mucho selenio para que su acción sea verdaderamente eficaz (el equivalente a 200 g de verduras por dÃa). La mayorÃa de los adultos tienen carencias notables en selenio, y particularmente los fumadores, porque la nicotina activa la acción de las células, que necesitan más selenio para funcionar.
El betacaroteno se opone a la formación del colágeno, encima destructora de las estructuras de la piel. Se trata de un precursor de la vitamina A (retinol). Las zanahorias, las espinacas, los albaricoques, y los pomelos son ricos en betacaroteno.
La vitamina A: La vitamina A es absorbida por los lÃpidos, puesto que es liposoluble. Previene el cáncer cutáneo, favorece la cicatrización y ayuda a la renovación de las células de la piel. Se encuentra en todos los tejidos animales, en forma de retinol.
La vitamina C: La vitamina C es beneficiosa en el tratamiento preventivo del envejecimiento cutáneo. Principalmente contenida en las verduras y la fruta, está presente en grandes cantidades en las espinacas, las coles de Bruselas, la col, las naranjas, los limones, los pomelos, los tomates y los melocotones.
La vitamina E: La vitamina E previene el envejecimiento celular, mejorando la tolerancia de la piel al sol. Tiene un papel antienvejecimiento completo, y actúa en sinergia con el selenio y la vitamina C para prevenir la degradación de los ácidos grasos esenciales.
Está presente en las avellanas, los gérmenes de cereales, las verduras, la yema de huevo, y la mantequilla.