Ciertamente, los regÃmenes para hacer dieta existen por todas partes: no comáis plátanos, no mezclar proteÃnas con hidratos, comer equilibrado. Personalmente, siempre he creÃdo que comer equilibrado es lo mejor para la salud: comer de todo pero en cantidades moderadas.
Y sin embargo, un libro que cayó no hace mucho entre mis manos me ofreció una nueva forma de comer. Esta nueva forma de comer no sólo es eficaz para adelgazar, sino que se puede convertir en un auténtico modo de vida que nos ayudará a mantener la forma. Esta táctica se llama «la dieta basada en el grupo sanguÃneo».
Ahora, intentaré explicar las grandes lÃneas de esta teorÃa, con la que muchas personas han conseguido perder esos kilos de más que con otros métodos y dietas les resultaba casi imposible.
Según las leyes de la nutrición tradicional, los alimentos se dividen en seis categorÃas: pan, pasta, cereales, fruta, verdura, carne, ave, y huevo, productos lácteos, y aceites.
En la dieta basada en el grupo sanguÃneo, se distinguen dieciséis grupos de alimentación: carne, pollo, productos del mar, lácteos y huevos, aceites y materias grasas, nuez y gérmenes, legumbres, caldo de trigo, pan y reposterÃa, verduras, frutas, zumos y lÃquidos, especias secas, especias frescas, té verde, diferentes bebidas y pastas.
También sabemos que existen cuatro grupos sanguÃneos: O, A, B y AB (el positivo o el negativo aquà no es importante para este régimen). Cada grupo sanguÃneo se ve confrontado en este régimen a tres tipos de categorÃas, ellas mismas sacadas de diferentes categorÃas de alimentos.
De esta forma, uno de los grupos que puede ser beneficioso para tal grupo sanguÃneo, para otro tipo de sangre puede ser perjudicial. El grupo adecuado se integra bien en nuestro organismo y nos ayuda a mantener el peso ideal.
Si estamos decididos a seguir este tipo de régimen, conviene hacerse con la tabla de alimentos, y ver cuáles son las correspondencias con nuestro grupo sanguÃneo, de forma a rechazar definitivamente ciertos alimentos de la dieta, o incorporar otros a los que antes no les prestábamos demasiada atención.
