Elemento muy importante para el afeitado, la espuma de afeitar permite suavizar y alisar la piel. Además, sirve para proteger la superficies cutánea frente a las agresiones. Veamos las características de una buena espuma de afeitar.
La función de la espuma de afeitar
La espuma de afeitar participa activamente en el buen desarrollo del afeitado. En primer lugar, prepara la piel para acoger la cuchilla y evitar heridas y cortes. Protege igualmente la piel frente a las bacterias, facilitando el paso de la cuchilla o de la maquinilla de afeitar.
Finamente, la espuma de afeitar ofrece un aroma suave y agradable a la piel, y hacer que ésta se vuelva más lisa y suave al tacto. En resumen, la espuma de afeitar respeta y protege la piel durante una sesión de rasurado.
Pero, ¿cómo determinar el tipo de espuma que os conviene? La elección depende de vuestro organismo y de vuestros hábitos. Conviene saber que hay dos clases de espuma de afeitar en el mercado.
Las espumas de afeitar clásicas, que contienen productos químicos, como parabenos, parafina, y otras sustancias que pueden ser peligrosas para la salud de la piel o del organismo en general. Ciertos hombres no pueden usar estos productos, porque contienen sustancias alergizantes.
Un tipo de espuma para cada hombre
Actualmente, existen espumas de afeitar bio. Fabricadas con ingredientes bio o naturales, estas espumas son más respetuosas con la piel, visto que no contienen ni parabenos, ni otras sustancias químicas.
Según las fórmulas, la espuma de afeitar, como la mayoría de los cuidados de afeitado bio, está elaborada a base de aceites esenciales. La acción de estos últimos para ablandar el vello es muy eficaz, puesto que al mismo tiempo calman la piel y evitan las irritaciones.
En cualquier caso, conviene saber que la espuma de afeitar contiene tensioactivos para fabricar la espuma. Por lo tanto, más vale elegir productos naturales que finalmente son más suaves. También es necesario optar por una espuma que se corresponda con vuestro tipo de piel: seca, grasa, sensible, o muy sensible.
Todo esto evita la aparición de granos y de tiranteces, y la sequedad de la piel se retrasa. La espuma de afeitar existe en forma de aerosol que se extiende sobre el rostro antes del afeitado. Tras el rasurado, la piel se vuelve más lisa, no está irritada y presenta mucha mayor suavidad.