La congestión es el flujo de sangre de los músculos que tiene lugar durante una sesión de musculación. Este fenómeno de congestión muscular aparece rápidamente, sobre todo si trabajáis en series largas con cargas ligeras. Se trata de una sensación rara, y agradable a la vez, algo asà como cuando se tiene el estómago lleno.
Los músculos hinchados por la sangre tienen más volumen que cuando están en reposo, pero este estado no dura siempre, y va decayendo poco a poco al final de las series. Por ejemplo, tras una sesión de musculación para bÃceps y trÃceps, se llega a aumentar hasta en dos centÃmetros el contorno del brazo, y las venas son más visibles en los bÃceps.
A pesar de la ganancia en volumen muscular momentáneo, los músculos no están más fuertes, y no se ha construido realmente tejido muscular, tan sólo están hinchados. La congestión no es pues una medida de crecimiento muscular, pero sà tiene cierta utilidad para aportar oxÃgeno, y nutrientes necesarios a los músculos durante el esfuerzo.
En cualquier caso, si lo que buscamos es volumen, se pueden ganar uno o dos centÃmetros de brazo en un dÃa si os entrenáis en series largas pero con cargas poco pesadas (gran volumen de entrenamiento y frecuencia más elevada). En realidad, esto no tiene mucho interés, puesto que esos centÃmetros desaparecerán con el tiempo, y además, el hecho de emplear todo el tiempo estos métodos para entrenarse puede provocar un sobreentrenamiento.
Es preferible trabajar los músculos de manera clásica, es decir con un entrenamiento a base de series cortas, no muy abundantes, para ganar masa muscular, y al final de la sesión hacerlos congestionar con una o dos series más suaves.