El sparring es una pieza fundamental en el entrenamiento de las artes marciales, sin embargo la mayoría de los que practican este tipo de luchas no entrenan con uno y existen escuelas que lo hacen como una ejercitación cada dos o tres meses.
De hecho, a muchos estudiantes con años de práctica cuando practican con un sparring la primera vez, les resulta difícil aplicar todo aquello que entrenaron con la colaboración de un compañero circunstancial.
Los expertos en estas artes consideran que la figura del sparring es algo que debería estar presente en los entrenamientos y no sólo para encontrarse bien física y espiritualmente sino también, para tener en claro hasta dónde puede tenerse éxito cuando se debe enfrentar una situación real de peligro.
A pesar que esto parezca una cuestión muy simple, muchas escuelas no toman en consideración la figura del sparring en la defensa personal y suelen aplicarla limitada a la parte deportiva, con una gran cantidad de limitaciones que imponen las reglas existentes.
Es importante en un combate saber como recorrer las diferentes distancias del mismo y hacerlo no sólo con habilidad sino con una estrategia de por medio, algo bastante difícil, y el caso es que la mayoría de los estudiantes pueden ser buenos en una y saber un poco de la otra, pero son escasos los que apuntan a ser integrales y es aquí donde el sparring tiene un papel fundamental.
Generalmente, cuando se intenta golpear a una persona ésta tiende a reaccionar y como mínimo reflejo se moverá para cualquier lado, una actitud lógica. En estos casos el trabajo del sparring no debe colaborar en exceso para que las técnicas salgan perfectas sino todo lo contrario, ya que ayudar demasiado perjudica a quien practica.
Dan Inosanto, discípulo de Bruce Lee dice al respecto «el foco del entrenamiento va dirigido al desarrollo de los atributos personales y las cualidades internas (una formación no esquematizada). Esto es muy difícil de lograr si se entrena de manera incorrecta, por más que se lleven años practicando lo único que se logra es profundizar el error”.
La práctica de técnicas básicas debe ser hecha de forma correcta y con un sparring progresivo, punto básico para comenzar y llegar a la parte de mayor importancia en el aprendizaje de la defensa personal como es “la reacción espontánea”.
Es indispensable conocer técnicas de acciones probadas en diversos combates, esto es con compañeros de mayor y menor estatura, más peso y con diferentes habilidades y cualidades en la lucha. De esta forma se evitarán las decepciones cuando por alguna razón deban probarse en una situación real las técnicas aprendidas y reducir a otro haciéndole el menor daño.
Por otra parte, en el entrenamiento con sparring pueden darse situaciones donde se advierte que alguna técnica que se creía útil no lo es tanto o definitivamente no puede aplicarse a una velocidad real, o que la forma en que se ponía en práctica una técnica de bloqueo no es tan efectiva como se pensaba.
El entrenar con un sparring no quiere decir que dos personas deban matarse a golpes ni patadas, muy por el contrario debe servir para poner en práctica las técnicas aprendidas de forma progresiva y tratar de llevarlas lo más próximo de la realidad y los problemas que vayan surgiendo serán siempre tratados con un criterio lógico. Una forma de enfrentar los propios miedos y conocer los propios errores en el entrenamiento.
En definitiva, dar una mirada a los grandes maestros y no perder el horizonte de lo que significa ser un artista marcial que siempre tendrá algo que aprender.