Escoger un logo para un acto o acontecimiento deportivo siempre ha sido todo un arte. De hecho, los carteles de las primeras olimpiadas eran simplemente obfras de arte gráfico. Con el tiempo, poco a poco se han ido reflejando las caracterÃsticas de los paÃses visitantes y también los cánones de las épocas en que tocaban las olimpiadas. Hasta aquà todo normal. El problema ha llegado el logo de Londres 2012, el cúal ya des de sus inicios levantó ampollas por las múltiples interpretaciones que se le puede dar.
La primera crÃtica es que parecÃa una esvástica, y ciertamente puede serlo, poco después salieron los que empezaron a ver a una pareja manteniendo relaciones sexuales. Los creadores, juran y perjuran que simplemente se trata del número 2012, pero las interpretaciones pueden ser muchas, y eso, es mala idea.
Pero las olimpiadas son un escaparate magnifico también para todo tipo de politiqueos, en este sentido, en las últimas olimpiadas fue justo el momento escogido para la invasión por parte de Georgia de Osetia. AsÃ, los ejemplos de boicots de paÃses a otros, asà como atentados o simplemente pequeñas riñas entre estados son de lo más usual, y han sido claros ejemplos durante toda la historia de los juegos olÃmpicos modernos.
Pero quizá un conflicto que ha empezado aún sin iniciarse los juegos, es el protagonizado por Irán, que ve en este logo la palabra «sion», y que por tanto, amenaza con no acudir a los juegos si no hay una modificación de este. Argumentan que la utilización del termino «sion» es muy desgraciada para las propias olimpiadas, y que se ven en el compromiso moral y de valores de no saltarse sus creencias y avatares por el logo.
Sin duda, ya tenemos un nuevo episodio de utilización del deporte y de las olimpiadas con fines polÃticos. El COI, de momento, simplemente ha notificado que ha recibido la queja, y que la estudiara con detenimiento. Los organizadores de Londres, algo cansados de las múltiples interpretaciones de su logo, simplemente han defendido que las letras son un simple 2012.