Muchos deportistas practican frecuentemente natación y desean progresar, pero a pesar de los esfuerzos, tienen la impresión de haber alcanzado un tope y se sienten estancados. Muchos nadadores consiguen realizar largas distancias, pero se preguntan cómo nadar más rápido. ¿Qué tipo de estilo priorizar? ¿Cómo entrenarse para ganar velocidad sin pasarse horas enteras intentándolo?

Si se desea disfrutar mucho más nadando, sentir con más intensidad las sensaciones al deslizarse en el agua y poder medir los progresos de sesión en sesión, sin tener que dedicar demasiado tiempo, hoy presentamos la guía definitiva para conseguirlo.

Propulsión de piernas y brazos

En el agua, no son las piernas las que nos permiten avanzar, ni los brazos los que nos equilibran, sino todo lo contrario. Nadando a crol, o nadando a mariposa, los brazos permiten avanzar y las piernas son las que mantienen el equilibrio. Una vez adquirida la posición horizontal, para nadar más rápido hay que centrar los esfuerzos en la propulsión de los brazos. Esta es la técnica que permite progresar con mayor rapidez.

Natación

La amplitud: cuándo se nada a crol, hay que fijarse un objetivo distante por delante y empujar recto debajo del agua, hasta el muslo, para permitir ser más eficaz a cada golpe de brazo.

Los apoyos: para ser eficaz y nadar más rápido, conviene tener la mayor superficie de apoyo posible, y para ello, es bueno utilizar las manos y los antebrazos, para empujar más fuerte y por tanto nadar más rápido.

El retorno aéreo: es el momento en el que se recoge el brazo de delante, lo que impide ir más rápido, pero recogiendo el brazo flexionado y manteniendo el codo alto, podemos relajar los hombros. El resultado es menor fatiga, y evitar sufrir una tendinitis.

Accesorios para trabajar la velocidad

Un medio para nadar más rápido es el de ayudarse con instrumentos que se pueden usar fácilmente. Pero, siempre debemos utilizar las herramientas adaptadas para los objetivos buscados.

Aletas para los pies o las manos: aumentan la velocidad al nadar, ofreciendo mayor potencia al motor. Sin embargo, las aletas de mano solicitan más los hombros, que además de ser las articulaciones más frágiles del cuerpo, se ven más solicitadas al nadar a crol.

Las aletas de mano requieren un cierto nivel de práctica. Para los principiantes, las aletas de los pies son las mejor adaptadas. Gracias a las aletas de los pies y aumentando la frecuencia de batida de las piernas, podemos propulsarnos a mayor velocidad y trabajar la potencia de los movimientos de los brazos, manteniendo la postura horizontal, y nadando a mayor velocidad.

Nadar más rápido fuera del agua

Es posible nadar más rápido sin entrar en el agua, de esta forma, si no podemos ir a la piscina algún día de la semana, podemos practicar algunos ejercicios en casa. Para ello, nos hacen falta 30 minutos de tiempo, y algo de motivación. Ciertamente es un excelente complemento para la práctica de la natación.

El refuerzo muscular

Realizar ejercicios de refuerzo y tonificación permite trabajar la cintura abdominal y la cintura escapular para mantener una posición horizontal en el agua y proteger los hombros. Son muchos los beneficios, por ejemplo reducir la resistencia en el agua, mejorar los apoyos, y por tanto la propulsión, así como proteger el cuerpo de posibles daños.

La flexibilidad

Entrenar la flexibilidad es un factor clave para nadar más rápido a crol, o incluso a braza o a mariposa.

Además, los ejercicios de flexibilidad ofrecen relajación y distensión. Cuando se practican antes de irse a la cama, favorecen el sueño, y un sueño de calidad. Y para la natación, permiten ganar amplitud para poder ir más lejos hacia adelante, y por tanto nadar más rápido. Pero, también es un buen modo de adoptar un estilo más fluido y relajado.

En cualquier caso, conviene tener presente que cuando se practica natación, existen muchos ejercicios para mejorar, pero más vale proceder por etapas para no sobrecargar el cerebro con información de todo tipo.