Muchas veces se nos plantea la duda de si realizar nuestras sesiones de entrenamiento en compañÃa o más bien solos. Esta es una duda razonable, y que para muchos puede marcar la diferencia.
Todo en esta vida va a gustos, es cierto, pero por ejemplo la opción del compañero es muy buena, ya que con él realmente podemos mejorar mucho más, a parte de aprender. Tener a alguien al lado que nos ánimo o nos abronque durante las sesiones resulta de una importancia vital, no solo psÃcologicamente, sino también a nivel humano.
A parte, una gran ventaja de poder entrenar con un compañero es que los dos comparten la misma afición, y de esta forma es mucho más fácil el poder ir mejorando o compartiendo técnicas, rutinas y ejercicios, lo que mejorará notablemente nuestro rendimiento y hará de nuestras sesiones un bagaje mucho más notorio.
De igual manera, entrenar con un compañero es más seguro, por ejemplo, en los ejercicios de banca o estirados, donde nuestra movilidad es más baja, con la ayuda de un compañero podemos levantar más peso y hacer los movimientos a su máxima amplitud, ya que tendremos siempre la ayuda de dos brazos extra en caso de caÃda de la barra (por ejemplo).
Aunque la mayor virtud de entrenar con un compañero, es justamente que a él no podemos mentirle. Normalmente cuando contamos en las repeticiones y en las series, siempre podemos mentir en una o dos repeticiones, ya se sabe, estamos cansados, pero con un compañero el ejercicio vas a tener que acabarlo si o si, y de forma completa.
Aquà podrÃamos añadir también el tema de ir o no a entrenar. Con el ritmo de vida actual, es complicado compaginarlo todo, y mucho más conseguir tiempo para entrenar, muchas veces, aunque tengamos este tiempo nuestro saboteador interno hace que nos vayamos a otras cosas, haber quedado con el compañero genera un extra de compromiso y obligación.