El objetivo principal de alimentarse antes del esfuerzo fÃsico o de una competición es el de obtener una tasa de hidratación y de reservas energéticas lo más alta posible.
Los atletas que desean llevar a cabo un programa de entrenamiento o simplemente competir en las mejores condiciones posibles deberán seguir una serie de estrategias nutritivas con el fin de minimizar las pérdidas de electrolitos, de energÃa, y de hÃdricos derivados del ejercicio.
El uso pertinente y la elección adecuada de alimentos y de lÃquidos especÃficos antes del entrenamiento y la competición ofrecen una serie de beneficios mayores en términos de rendimiento:
. Iniciar una sesión de entrenamiento partiendo de una hidratación óptima para retrasar y minimizar la deshidratación.
. Restaurar las reservas de glicógeno hepático y disminuir el riesgo de hipoglucemia durante el ejercicio.
. Saturar los stocks de glicógeno muscular y retrasar la pérdida de glicógeno durante el entrenamiento.
. Proveer al organismo de energÃa y lÃquido durante la primera parte del ejercicio.
Última semana antes de la prueba
Para optimizar vuestras reservas de glicógeno muscular, vuestra alimentación debe ser equilibrada, con una ración en glúcidos complejos (pasta, arroz, sémola, patata…) aumentada. Los glúcidos complejos son el carburante del organismo, porque aportan una energÃa utilizable a largo plazo.
La ración de espera
Entre dos hora y quince minutos antes del ejercicio. Se debe consumir regularmente un producto a base de cereales (barrita de cereales) cada media hora, una fruta madura o cocida. Esto permite mantener las reservas de glicógeno muscular y sobre todo hepáticas al máximo, garantizando un estado correcto a nivel de la hidratación.
Entre diez y quince minutos antes del calentamiento o del inicio, la ingestión de una bebida energizantes con aportes glucÃdicos puede ser muy beneficioso antes y durante el ejercicio fÃsico.