Todos coincidimos en que cuando vemos a alguien por detrás con una espalda ancha, creemos que es culturista o que hace mucho deporte.
Efectivamente. Tener una espalda ancha es sinónimo de atlético y saludable y más cuando se combina con una cintura estrecha.
Por eso en este artÃculo queremos resaltar la importancia de la espalda para el desarrollo como hombres de gimnasio.
Aunque la espalda está ahà atrás y nunca se ve, pensad que la gente sà os ve y os mira desde atrás, por lo que es vital tener una espalda grande y con forma de V.
La rutina que os vamos a proponer es tan sencilla como dura, pero os ayudará a lograr la espalda que siempre habéis querido.
En primer lugar, haremos jalón tras nuca. Es la barra que bajaréis hasta por detrás de vuestra nuca en la posición de sentados.
El secreto de este ejercicio reside en retener todo lo que podáis la barra en el momento de la subida. Haréis una fuerza complementaria que os ayudará en vuestro desarrollo.
Realizad cuatro series de ocho repeticiones.
En segundo lugar, agarraos a las escaleras para realizar dominadas. Si es un ejercicio que ya tenéis controlado, probad a añadiros peso en la cintura con una cuerda.
Ello os obligará a esforzaros más y ganar masa muscular.
En tercer lugar, realizad remo con mancuernas a una mano. En el mancuernero, inclinad la espalda hacia adelante y con una mano coged la mancuerna que habéis apoyado previamente en el suelo y elevadla hasta vuestro dorsal.
Es un ejercicio de gran fuerza. Por eso se realiza una vez con cada mano. Realizad cuatro series de seis a ocho repeticiones con bastante peso.
En cuarto lugar, serÃa aconsejable realizar un pull-over. Tumbados boca arriba en banco plano cogeréis la mancuerna por el agarre de manera transversal y la pasaréis por encima de vuestra cabeza hacia atrás.
La mancuerna tirará hacia el suelo de vuestros dorsales y tendréis que hacer una fuerza inmensa para retornarla a su posición.
Es otro ejercicio de gran fuerza pero que aportará tamaño a vuestros grandes dorsales.
Realizad también cuatro series de seis a ocho repeticiones.
Vuestros dorsales os lo agradecerán.