Las mujeres generalmente no utilizan “el peso muerto” en sus entrenamientos, más por preconceptos, que por una verdadera razón que impida su inclusión en las rutinas.
Existe la fantasía de creer que si una mujer utiliza cargas “Fuertes”, se transformará en una silueta masculina o deformada. Nada más lejos de la verdad que eso.
Los entrenamientos con peso muerto en las mujeres tienen un efecto totalmente positivo en varios sentidos, otorgando un acondicionamiento físico muy superior a otros entrenamientos con máquinas o cargas de equilibrio.
Sin embargo, la mayor parte de las mujeres solo realizan entrenamiento con pesas muy livianas a menos que se trata de culturistas que tienen en claro cuál es la verdadera función de un entrenamiento con peso muerto.
El entrenamiento con peso muerto puede ser usado de diversas maneras, para lograr un efecto más estático y anaeróbico que otorgará un incremento de fuerza en mucho menor tiempo que el que se obtendría con cualquier otra rutina.
También, este tipo de entrenamiento provoca un aumento notable de la potencia muscular, si los ejercicios se realizan con “efecto pistón” algo que se traduce en un resultado de explosión, con marcado efecto aeróbico y por lo tanto con un impacto cardiovascular y una efectiva pérdida de peso por quema de reservas de depósitos de grasa.
Cuando las mujeres trabajan adecuadamente con peso muerto, notarán de forma casi inmediata su capacidad de aumentar las cargas, debido a que el organismo tiene una tremenda capacidad de soportar mayores exigencias y las fibras musculares poseen la facilidad de adaptarse también a nuevas demandas de forma extremadamente rápida.
Si lo que las mujeres buscan es la pérdida de peso, nada mejor que un programa de entrenamiento con peso muerto para obtener óptimos resultados.
Lo más importante en este tipo de entrenamiento es trabajar utilizando posiciones de estática muy bien controladas, principalmente en lo que se refiere a la base.
Para ello la posición de los pies es muy importante, tanto como el arqueo de la parte baja de la espalda que controla el centro de gravedad y por lo tanto los meridianos energéticos.
El aumento progresivo de las cargas es mucho más meteórico que en otras rutinas, donde se comienza por dos días semanales para adaptar los menores grupos musculares que son los que más sienten los cambios de dinámica muscular.
Es recomendable dejar de lado entonces el mito sobre mujeres hipertrofiadas, una condición a la que solo se llega a través de rutinas competitivas y el uso constante de suplementos.