El final de los años 90 y la evolución del mundo han confirmado una doble revolución en las sociedades occidentales: por una parte, el número siempre creciente de solteros, dos veces más que hace treinta años, y por otro lado la aparición de internet, modificando el modo de relacionarse de las personas.
Muchas de estas personas han accedido a una curiosa visibilidad mediática, gracias a internet, que ha logrado su penetración social para inventar nuevos usos y posibilidades en la comunicación. Internet ha logrado crear una nueva forma de romanticismo, creando la ilusión de poder encontrar al prÃncipe azul entre un gran número de individuos.
Paradójicamente, están aumentando las posibilidades de que hombres y mujeres puedan conocerse. Muchas mujeres trabajan, estudian, y están en contacto con el mundo exterior. Además, los verdaderos encuentros permitiendo desembocar en un compromiso duradero, son hoy en dÃa más difÃciles de conseguir.
Por esta razón, se han creado sitio en internet capaces de reemplazar los lugares tradicionales para estos encuentros fÃsicos o a las propias agencias matrimoniales. Este es el caso de Badoo. com, un espacio online para anuncios de contacto.
En internet se puede conversar antes de verse fÃsicamente, lo que abre la puerta a todos los fantasmas que uno lleva dentro… asà como sensaciones, y sentimientos que en otras ocasiones difÃcilmente saldrÃan a la luz.
Revolución social y amorosa
En los sitios sitios de encuentros online, cada individuo se convierte en su propio agente matrimonial. Gracias a una presentación más o menos idealizada: el uso de un nick, una ficha de información, una fotografÃa, etc., un soltero o soltera puede entrar en el gran «baile de máscaras» del Net sentimental. Después viene la comunicación a través de mensajes y de correo electrónico, o por chat en directo en las plataformas especÃficas para eso.
El encuentro virtual permite que veamos a la otra persona tal y como nos gustarÃa que fuera, y nos proyectamos mucho más sobre nuestro interlocutor. Anteriormente, la relación amorosa se basaba en un encuentro real, fÃsico, y ese momento era el principio de todo.
La red permite hacer las cosas al revés, puesto que uno se descubre interiormente desde el principio, y son muchas las personas que afirman haber tenido un flechazo online, que luego se ha confirmado con el tiempo.