En términos médicos la gastritis se denomina “ácido péptica” y se produce por una lesión en la mucosa del estómago que es causada por un progresivo aumento de ácido gástrico, pudiendo ser causada por variados factores, pero entre ellos el consumo de tabaco es quizá el más importante.
También pueden causar esta enfermedad:
- Las dietas ricas en alimentos que dañan la mucosa
- Contraer la bacteria Helicobacter pylori.
- La realización de prolongados ayunos que provoca que el organismo segregue ácido a pesar de no consumir alimentos.
- El estrés como una constante en la vida diaria (genera la producción de gran cantidad de ácido gástrico)
- El tabaco
- La ingesta de alcohol
Sin embargo, el presentar alguna o varias de estas causas no significa que se deba padecer de gastritis.
Por lo general existe en el cuadro de la enfermedad una relación estrecha entre dos o más de estas determinantes que se potencian entre sí, como el estrés y el tabaco, o los ayunos prolongados y el alcohol.
Es sabido por todos, dado la gran difusión que esta información ha tenido en los últimos años, que el cigarrillo posee más de tres mi sustancias que de las cuales “la nicotina” es la responsable de la dependencia al tabaco y los cigarrillos contienen entre 1 y 2 mg. de ese componente.
Al aspirarse los tóxicos del cigarrillo se están ingiriendo unos 0,8 mg de nicotina por unidad y cuando la nicotina llega al cerebro produce la liberación de dopamina que provoca que las neuronas se exciten, y luego de un tiempo la persona deberá aumentar el consumo de tabaco para mantener esa sensación de un bienestar aparente que en realidad es producto de esa reacción.
Con el paso del tiempo las neuronas ya no reaccionan de manera tan inmediata al estímulo y se desarrolla el efecto de dependencia al tabaco.
Además de la dependencia, también el calor que produce el cigarrillo en la boca daña sus mucosas y predispone al fumante a padecer enfermedades como la gastritis e incluso la úlcera gastroduodenal.
El cigarrillo produce además una disminución en la absorción de vitaminas A, B, y C, imprescindibles para que procesos como el de cicatrización puedan producirse. Así los daños que se producen de la mucosa gástrica y los que se sufren cuando se padece gastritis demandarán de un tiempo mayor para sanar.
Asimismo, se aumenta el riesgo de problemas de corazón y arteriales, además de ser cancerígeno.
Existe la creencia, por parte de las personas que fuman, que cuando están estresados el hecho de fumar los relaja y en realidad sólo sentirá por un pequeño lapso de tiempo una aparente calma que es causada por haberse transformado ya en un adicto a la nicotina.
En realidad cuando se está sometido a presiones fuertes y se producen los estados de estrés o de ansiedad, si se suprimiera el cigarrillo esto causaría que la ansiedad aumente y al inhalar el humo del tabaco lo que ese siente es un alivio pasajero. En realidad, la causa de esa ansiedad o estrés no se están controlando con el tabaco.
La solución adecuada a los problemas de estrés o ansiedad es superar las causas y aprender a manejar de manera equilibrada la presión.
El tratamiento para la gastritis cuando se es fumador debe ser un camino que atienda las dos situaciones de forma simultánea, de lo contrario la salud estará en riesgo pues no podrán solucionarse ninguna de las dos.
En el caso de la gastritis primero deben eliminarse las causas que fomentan el daño a la mucosa y al aparato digestivo, por ello habrá que cambiar la dieta realizando una más equilibrada y con determinados alimentos, evitar los ayunos prolongados, el tabaco y el estrés.
En realidad, se trata de un cambio radical en el estilo de vida.
Para lograr los resultados buscados el especialista puede que recete alguna medicación como ayuda, pero si los hábitos no se cambian la enfermedad no mejorará y por el contrario la tendencia será a empeorar o en el mejor de los casos, puede haber una aparente mejoría pero la gastritis se hará presente nuevamente.
Cabe recodar que existen en la actualidad diversos tratamientos para dejar de fumar y superar el estrés, es sólo querer lograr un cambio profundo, ponerse en marcha para lograrlo y de seguro que esta actitud repercutirá en una mejor salud.