Entre los deportistas, el término más empleado es el de peso ideal. Efectivamente, se trata generalmente del peso en el cual un deportista se siente bien consigo mismo, y alcanza los niveles más altos de rendimiento.
Esta definición del peso es un poco subjetiva, y poco científica. En el peso ideal, el deportista se sentirá bien físicamente y moralmente. Sus rendimientos estarán en su más alto nivel.
Evaluar el peso ideal
Sin embargo, el cuerpo médico se basa en el IMC (índice de masa corporal) para definir si el peso corresponde con el peso «normal». Por el contrario, el IMC tan sólo ofrece una horquilla de peso, y no el peso que se debe conseguir. El peso ideal no siempre se corresponde con el peso ideal teórico.
El inconveniente de esta forma de medir la masa corporal es que el peso calculado, a veces se aleja bastante del peso en el que el deportista se encuentra bien. En función de cada deporte que se practica y de la morfología, las variaciones pueden ser muy diferentes.
En general, el peso ideal varía poco si el deportista se alimenta de manera equilibrada. Este peso es relativamente estable, y no se tiene la sensación de estar adelgazando, ni de estar demasiado gordo. En todo caso, se debe tener cuidado en no acumular grasas superfluas por una mala percepción de la imagen corporal.
El organismo necesita lípidos y, generalmente, son los deportistas de alto nivel quienes tienen un porcentaje de masa grasa inferior al 10%.
Régimen y peso ideal
El deportista debe dar prioridad a una alimentación equilibrada. La pérdida de peso no debe ser nunca brusca, para evitar perturbaciones en el organismo, de por sí bastante castigado por el entrenamiento.
Una pérdida de peso de entre 1 a 2 kilos al mes es un buen objetivo. Lo ideal es conseguir un peso ideal durante las semanas anteriores a las competiciones, y después mantener el peso a través de una dieta variada y equilibrada.