El Fly Yoga, literalmente «yoga de vuelo», es una nueva disciplina concebida por Florie Ravinet. Esta mujer, apasionada del wellness y de la meditación, ha combinado en esta actividad, diferentes posturas del yoga Ashtanga, Iyengar, y Hatha, con movimientos acrobáticos del circo. El concepto retoma igualmente algunos encadenamientos del programa de Pilates.
No es necesaria una instalación especÃfica para realizar los ejercicios. El sistema utilizado se resume en una tela cuerda poco elástica suspendida del techo. Para garantizar la seguridad de los participantes, los ejercicios deben ser supervisados por un coach especializado en la materia. Cada sesión comienza por el recordatorio de una serie de reglas de seguridad básicas.
Relajación, equilibrio, y meditación
Sin calentamiento, cada participante se lanza directamente sobre la tela. El primer desafÃo consiste en engancharse correctamente a la cuerda, manteniendo el equilibrio y limitando al máximo las vibraciones y los movimientos bruscos. Una vez que cada participante está bien instalado, el coach lanza la sesión con un primer instante de meditación y de relajación, adoptando posturas estáticas que se acercan al ritual del saludo del sol.
Después se van encadenando las posturas dinámicas del yoga, combinadas con encadenamientos de circo, de gimnasia y de danza. Este primer tiempo, menos intenso, permite calentar correctamente los músculos de las piernas, de la cadera, de la espalda, y de los glúteos antes de comenzar los verdaderos ejercicios.
Ejercicios de acrobacia y posturas invertidas
Al término de este primer tiempo de concentración y preparación fÃsica, la sesión continúa con una segunda parte más fÃsica, dinámica y aérea. Terminados los asanas estáticos, fáciles de realizar incluso sobre una cuerda fija en el techo, llega el momento de las posturas más complicadas, inspiradas en movimientos del circo tradicional.
La cuerda se convierte entonces en un verdadero agarre para mantenerse en el aire a lo largo de todos los encadenamientos de cada serie de movimientos. Incluso si al principio los ejercicios parecen muy complicados, basta con repetir la experiencia algunas veces, hasta liberarse de toda aprensión, y empezar a divertirse con el Fly Yoga. Al igual que cualquier sesión de yoga normal, cada entrenamiento termina con un momento de meditación en una postura fija en el aire, sin soltar en ningún momento la tela de agarre.