La piel envejece como el resto de nuestro organismo. Por esta razón es bueno que aprendamos a distinguir los signos del envejecimiento. En este sentido la expresión “más vale prevenir que curar” adquiere todo su significado.
Protegerse del sol
Con la aplicación cotidiana de algunos trucos y consejos, podemos conseguir que la piel se conserve más tiempo joven, y borrar algunas de las trazas del irremediable paso del tiempo.
La prevención dermatológica es el arma más poderosa que tenemos al alcance de la mano. Con un factor de protección de al menos 15, y evitando las exposiciones solares entre las 10’00 y las 16’00 horas, nuestra piel sufrirá en menor medida las agresiones producidas por los rayos UVA.
Para las personas que tienen que estar muchas horas al aire libre, sería bueno que aprendieran, con la ayuda de su médico, a examinarse la piel a fondo, evitando así cualquier riesgo inútil e irreparable del que luego podrían arrepentirse.
Una visita al dermatólogo, al menos una vez al año, nos ayudará a detectar la aparición prematura de algún tipo de cáncer relacionado con la piel. El examen cutáneo debe ser completo, es decir comprendiendo el cuero cabelludo, las uñas, las mucosas, los pies y los pliegues (nalgas y orejas).
La higiene cotidiana
Las sesiones prolongadas en agua muy caliente, es cierto que tienen un poder antiestresante, pero no son nada buenas para la piel, que a partir de una cierta edad sufren sequedad. Si mantenemos el cuerpo mucho tiempo en agua caliente, la capa córnea superficial se disocia, provocando la liberación de las moléculas de agua que la piel necesita para su hidratación natural.
Por otro lado, no olvidemos que el calor favorece la transpiración. Las terminaciones nerviosas de la superficie se ponen en funcionamiento, lo que explica los daños asociados a las pieles secas.
Productos de belleza
Cuidado con los jabones líquidos cuyos restos se quedan adheridos a la piel. Lo mismo diríamos de los geles de ducha perfumados, que a menudo suelen provocar reacciones alérgicas en la piel.
En caso de irritación, es preferible usar jabones grasos. Tras enjuagar la piel a conciencia, nos debemos secar sin frotar la toalla con la piel, poniendo más cuidado en los pliegues que no deben quedar húmedos.
Falsas ideas
Hidratar la piel con cremas es importante, pero las mejores no son forzosamente las más caras. Lo mejor es evitar aquellas que usan colorantes, y perfumes añadidos. Por otro lado se debe evitar el uso de colonias para friccionar el cuerpo.
Estas lociones con alcohol suelen producir un efecto exfoliante muy fuerte. Hoy en día existen productos sin alcohol. Para la piel recién afeitada es mejor utilizar algún tipo de crema para la cara.