El Budokon: un invento de Cameron Shayne
La persona que está en el origen del Budokon es el maestro de artes marciales, el americano Cameron Shayne. Este hombre es un especialista emérito de karate y taekwondo, y fue quien tuvo la idea brillante de fusionar estas dos disciplinas con el fin de revolucionar la práctica del deporte en el universo del fitness.
Desde su creación, en 1999, el Budokon ha suscitado un gran número de seguidores por todo el mundo. El Budokon es un deporte fitness, aparentemente espectacular. Una vez familiarizados con la disciplina, los deportistas descubren hasta qué punto este deporte es beneficioso para la salud. El Budokon fascina a las celebridades americanas gracias a su eficacia para moldear la silueta y prevenir la celulitis.
En cada sesión se trabaja con mucho dinamismo los músculos y las articulaciones. Desarrolla la concentración y el dominio de uno mismo. Mejora, igualmente, la resistencia y facilita el control de la respiración.
La práctica del Budokon
El Budokon deriva de una asociación hábil del kárate, del taekwondo y del yoga. Si las técnicas marciales confieren su aspecto impresionante al Budokon, el yoga garantiza su naturaleza relajante y revitalizante. Los beneficios del Budokon conciernen a la vez al cuerpo y a la mente del hombre.
Por eso se clasifica esta forma de fitness como disciplina holÃstica. El Budokon es accesible a todo el mundo sin restricción de edad ni de sexo. No obstante se recomienda que los participantes progresen a su propio ritmo, evitando ir más allá de sus propias capacidades fÃsicas.
Una sesión de Budokon dura generalmente una hora. La sesión comienza con una fase de meditación, seguida de la ejecución de algunas posturas de yoga. El despertar de los sentidos se refuerza después con una serie de ejercicios de calentamiento.
El entrenamiento continúa después con la ejecución de ciertos movimientos inspirados en las artes marciales. Desplazamientos, técnicas de ataque, saltos, y ejercicios propios del Budokon hacen trabajar todas las partes del cuerpo. La sesión termina con una serie de estiramientos y la meditación. El control de la respiración no se olvida en ningún momento del ejercicio.