Si hay un sitio que levanta pasiones entre todos los deportistas de deportes de equipos es el banquillo. Se trata de una relación de amor odio, y quizá, de las más divertidas y paradoja que encontramos dentro del mundo del deporte.
Es también a la vez que un espacio fÃsico y una arma mortÃfera de los entrenadores en contra de sus propios jugadores, ya que gracias a él ejercen presión y disciplina sobre el grupo, pero a la vez, es uno de los lugares más deseados de todos aquellos entrenadores que quieren continuar dirigiendo equipos.
Por ello, el banquillo es sin duda un espacio completamente diferente a los demás, ya que hace una de las funciones más importantes en un partido y en la competición. Los jugadores deben aprender a sentirse cómodos en él. Antes o después, siempre hay alguien mejor que tú que te arrebata en espacio en el campo, y un dÃa, antes o después siempre acabas sentado en él, por ello, la mentalidad debe ser de estar aún más atento y enchufado al partido que si se estuviera en la misma pista, ¿porqué? no hay peor sensación para un entrenador que ver a un jugador molesto con el banquillo, en cambio, si lo ve totalmente concentrado en el partido, será mucho más fácil que este decida sacarte.
Muchas veces nos encontramos con jugadores que no desean estar en el banquillo, y que se lo toman de una manera negativa, sin entender que es un momento de descanso en el que pueden aprender los errores de sus compañeros y no comértelos en el campo, igual que saber y analizar a los contrarios para salir con lecciones y pautas bien aprendidas. Estar en el banquillo significa tener una ventaja, por ello, algunos jugadores tienen rendimientos más altos al ser substituidos, ya que saben leer de una forma mucho más completa el partido des del banquillo.