Cansados del esquà alpino, demasiado popular e institucionalizado, son muchos les esquiadores que a finales de los 90 se decantaron por el freestyle, y de hecho de nuevo abandonado desde hace algo más de diez años, por un puñado de irreductibles que quieren permanecer libres con el «backcountry».
Esta disciplina hÃbrida de la familia del freeski (esquà libre), a medio camino entre el freestyle (figuras aéreas) y el freeride (esquà de montaña), significa literalmente «paÃs de atrás» en referencia a una práctica alejada de las estaciones de esquÃ. En el fondo encarna el esquà moderno y libre.
El funcionamiento del esquà backcountry
El principio del esquà backcountry es el de deslizarse en medio de un entorno virgen para efectuar saltos y figuras (tricks) sobre nieve en polvo con ayuda de trampolÃn (kicker).
El freestyle, en cuanto a él, ha entrado en otra dimensión, la de los Juegos OlÃmpicos. En 2014 en Sotchi, dos categorÃas -de hecho presentes en snowboard- harán su entrada en el programa: el halfpipe (figuras en el aire realizadas con ayuda de una estructura) y el slopestyle (saltos combinados sobre rampas).
El freestyle está de hecho regulado por una federación, pero en su base, se hacÃa lo que se querÃa, y las figuras partÃan de la imaginación de cada deportista. Porque el freeski, tiene este espÃritu de hacer lo que tienes ganas de hacer, huye del lado académico.
En backcountry, no hay lÃmites. Está el lado de los rendimientos, pero también el lado creativo y artÃstico. En montaña, haces aquello que te apetece, y todo depende de tu imaginación. Es la experiencia lo que cuenta, y conviene conocer bien la montaña.
Un deporte ideal para la fotografÃa y el vÃdeo
Este tipo de rider reivindica un espÃritu libre y por eso se aleja de las competiciones, prefiriendo exclusivamente realizar los saltos para que sean grabados.
Filmar es una necesidad, puesto que estas proezas se realizan sin público, y en lugares inaccesibles.