Trabajar las piernas
De pie, con las manos apoyadas en las caderas, se recula un pie, estirándolo lo más posible hacia atrás. Cuidado con no poner los pies el uno detrás del otro. Lo mejor es colocarlos en función de la anchura de las caderas. Tomar apoyo con la punta del pie que está detrás.
Vigilad bien que la espalda está derecha, y el mentón paralelo al suelo. Flexionad las dos piernas al mismo tiempo. Para beneficiaros al máximo de este ejercicio con el que se pretende trabajar los muslos y las piernas, haced como si acercarais la rodilla de atrás lo más posible hacia el suelo. Tras varios segundos, volved a la posición inicial, expirando por la boca.
Para estos movimientos, efectuad tres series de quince de los dos lados, espaciadas por un minuto de descanso.
Reforzar la espalda
El ejercicio siguiente requiere la utilización de una silla que va a servir esencialmente de apoyo. Extended los brazos manteniendo la espalda apoyada al respaldo de la silla. La parte superior del cuerpo debe estar en paralelo con el suelo. El movimiento consiste en mantener un brazo en el aire, cerca de la cabeza.
Alternad los lados izquierdo y derecho, diez veces. Soltaos después del respaldo para cogeros los dedos de los pies, y recomenzar todo el ejercicio haciendo otra serie de diez. De pie, a 20 cm de la pared, manteneos bien derechos. Colocad las manos, palmas contra la pared, tan altas como podáis, sin despegar los talones del suelo.
Durante este ejercicio, no os separéis de la pared, pare que las cervicales estén siempre en posición correcta. Una vez bien colocados, trabajad cada lado de la espalda, estirando las manos alternativamente, los más alto posible.