¿Sabe que existen diferencias entre el gel de ducha y la pastilla de jabón? Veamos cuáles son las propiedades de cada uno de estos productos de higiene corporal que todos los hombres utilizamos a diario.
El jabón
El jabón tiene una función específica de disolver la grasa que configura la película hidrofílica de la piel, y esto gracias a sus compuestos naturales. Se trata de diversos cuerpos grasos, como el aceite de oliva, y de potasio o de sosa, que son los que crean un tensioactivo natural. Con el tiempo, los tiensioactivos sintéticos (a base de productos químicos) han ido sustituyendo a los naturales.
La película hidrofílica se elimina junto al agua jabonosa con la que nos frotamos la piel. El único inconveniente es que esta película hidrofílica sirve para proteger la piel y evitar la deshidratación cutánea.
La película hidrofílica
La piel superficial está compuesta de una capa grasa natural llamada “película hidrofílica”. Sobre la piel, el agua no tiene ningún poder hidratante, salvo que pueda ser retenida a través de un elemento graso. Por eso se utiliza el término hidrofílico.
Por lo tanto, se recomienda que después de limpiar la piel (cuerpo o cara), utilicemos un producto hidratante que permita nutrir las capas superficiales de la piel, hidratándolas y restaurando la película hidrofílica perdida durante la higiene.
Algunos geles de ducha, incluso aquellos que se venden como hidratantes, no pueden, en ningún caso, reemplazar a la crema hidratante, puesto que su finalidad no es la de hidratar, sino la de lavar, que es la acción totalmente contraria.
Gel de ducha o jabón
Es importante saber que los geles de ducha, sobre todo aquellos que no contienen jabón, contienen productos químicos. Por lo general, el jabón es más natural, aunque antes de comprarlo deberíamos fijarnos en su composición. Los jabones, por otra parte, son totalmente biodegradables.
A veces, tras una ducha tenemos la impresión de tener la piel algo grasienta. La razón es el resultado de los productos grasos contenidos en el gel, que nos dan la sensación de estar mejor hidratados. Sin embargo, esta fina capa no es natural, y el inconveniente que tiene es que la grasa es un buen caldo de cultivo para las bacterias, lo que puede producir la aparición de granos molestos.
Los jabones, exclusivamente los más naturales, no dejan esta capa de grasa. Es cierto que a los geles y jabones se les añaden diferentes productos como colorantes, conservantes, perfumes, agentes hidratantes y anticalcáreos. La mayoría de estos aditivos son contaminantes para el medioambiente.
Diferentes tipos de jabón
El más puro y menos nocivo para la piel se fabrica al modo tradicional, y es el jabón de alepo (inventado por los sirios hacia el año 1000 antes de J.C.).
El famoso jabón de Marsella está confeccionado a base de aceite de oliva y de sosa.
Los jabones grasos están enriquecidos con agentes grasientos. Es mejor utilizar los jabones fabricados con aceites vegetales a los que están hechos con otros productos.
Finalmente, los productos sin jabón, es decir sin moléculas de jabón, están compuestos de tensioactivos sintéticos, y por lo tanto no son naturales.