El verano es la etapa favorita de muchos deportistas de élite, o incluso los más aficionados, ya que pueden por unas semanas desconectar completamente de sus obligaciones en la competición y en sus clubs para poder relajarse y desconectar de todo aquello que durante la dura temporada puede llevar, y de hecho lo consigue en la mayorÃa de los casos, a niveles de estrés y de ansiedad considerables, fruto de que las competiciones son cada vez más difÃciles, igualadas y se plantean en términos muy absolutos de ganar o perder.
Por eso mismo, descansar en verano se vuelve casi una obligación para todos aquellos deportistas que durante el año están en competiciones deportivas. Aquellos que hacen fitness y que son bastante asiduos a los gimnasios o a salir a correr saben perfectamente que el descanso es esencial para mejorar el rendimiento, y que bajo ningún concepto se debe entrenar todos los dÃas de la semana, porque eso lo único que hace es tener efectos negativos para nuestro organismo, de igual forma, el descanso psicológico también debe tener cierta importancia en nuestra forma de organizar y planificar las cosas, por ejemplo, después de la presión de toda la temporada, no hay nada como el verano, cuando no hay competición y el ritmo de exigencia baja que podamos dejar que nuestra mente descanse.
No estoy hablando de que para descansar la mente debamos dejar de hacer ejercicio, pero si que debemos dejar por unos dÃas los indicadores, los cronómetros y los elementos de evaluación y entrenar por el simple placer de hacerlo, cambiando hábitos, escenarios o incluso deportes, para que de esta forma la mente se despeje. Es esencial que gracias a descansar en verano, nuestras condición mentales vuelvan a estar al máximo para empezar con fuerza la temporada, sin ir más lejos, por ejemplo, normalmente el estrés va disminuyendo de forma bastante exponencial, hasta que estamos libre de él para volvernos a llenar, ya que es evidente que lo haremos, y más si debemos sufrir una dura pretemporada.
En resumen, descansar en verano, incluso ganando algo de peso, no es nada malo, es algo positivo que nos ayuda a regenerar nuestras fuerzas psicológicas de cara a septiembre cuando deberemos volver al trabajo con muchas ganas, y afrontar una buena pretemporada.