El ayuno intermitente tiene cada vez más adeptos entre las personas que practican musculación y los deportistas en general. Sin embargo poca gente sabe realmente en qué consiste. Más allá de las ideas ofrecidas por algunos atletas de élite que realizan 4 de las 6 comidas diarias, el ayuno intermitente parece ser una práctica útil, concretamente a nivel del secado muscular.

Para aquellos que quieren probar, ahora vamos a explicar el principio, los beneficios, pero también las precauciones que se deben considerar cuando se sigue este tipo de régimen.

En qué consiste el ayuno intermitente

El principio básico del ayuno intermitente es muy sencillo. Se trata de alternar periodos de ayuno y de ingesta alimenticia durante un periodo de 24 horas. La finalidad está en concentrar la alimentación en las 8 horas y ayunar el resto del tiempo, es decir durante 16 horas.

A nivel de la organización, cada persona tiene que controlar la ingesta en función de sus necesidades y de sus obligaciones. Por ejemplo, se puede cenar temprano, y tomar el desayuno al final de la mañana, o simplemente saltarse esta primera comida de la mañana. Pero cuidado, no por no comer por la mañana se realiza un ayuno intermitente. Esta práctica debe inscribirse en un programa de dieta preciso y controlado.

Abdominales

Las calorías y los nutrientes que no se consumen durante el ayuno se deben repartir en el resto de comidas, salvo en caso de secado muscular.

Los beneficios del ayuno intermitente

El secado es el mayor interés de este tipo de dieta para quienes practican musculación. En efecto, este periodo de 16 horas en ayunas consume mucha más calorías y saca la energía de las reservas de grasa. Se trata de un sistema perfecto cuando se busca mantener un déficit calórico.

Pero el ayuno intermitente también tiene virtudes para la salud, y las principales son las siguientes:

  • Reducción de los riesgos de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
  • Capacidad de gestión del hambre y de la saciedad.
  • Mejora del estado mental.

Inconvenientes del ayuno intermitente

El primer riesgo del ayuno intermitente es que no esté bien controlado. En efecto, sería contraproducente restringir una parte del día y saltarse una comida para finalmente comer más tarde a la desesperada. Si se quiere practicar este modo de alimentación, conviene ir por grados y estar seguros de que se adaptan a nuestros propios hábitos.

Por ejemplo, un hombre que trabaja desde las 6 hasta 12 en la construcción, y que mantiene el ayuno por la mañana corre el riesgo de sufrir una falta energética rápidamente. Esto puede resultar peligroso a largo plazo.

Pero para aquellos que tienen un modo de vida más sedentario, es un medio excelente para controlar los aportes calóricos.

Para los deportistas, los que practican fitness y los bodybuilders, el ayuno intermitente es útil en periodo de secado. Cuando se entrena por la mañana temprano, sin sentir las molestias de una digestión difícil, y que se desea modificar los hábitos alimenticios para ser más eficientes, el ayuno alimenticio puede ser una solución.

La única cuestión a tener en cuenta es la de ir progresivamente, sin prisas. Si a medio plazo los resultados son visibles, es que el ayuno intermitente se adapta a nuestra propia persona. En lo único en lo que debemos pensar es en mantener una alimentación sana, variada y equilibrada durante el resto del día, para no sufrir carencias importantes.