Entre todas las causas que pueden provocar cierto rechazo social, el mal aliento es seguramente la más importante. Por lo tanto, se trata de conocer las razones de este inconveniente, si no queremos ver cómo los demás se van alejando de nuestro lado.
El mal olor bucal
La gente suele ser bastante educada, y pocos os dirán a la cara que tenéis mal aliento. Los efluvios que se desprenden de vuestra boca cuando habláis suele ser una de las principales -y más estúpidas- razones de hacer el ridÃculo en sociedad, en el lugar del trabajo, sin mencionar el efecto radicalmente contrario que se puede provocar a la hora de seducir a otra persona.
El drama es que todo el mundo se da cuenta de ello, salvo vosotros mismos, ya que el hombre es poco receptivo a sus propios olores. Varios factores pueden estar en el origen de este desarreglo.
Las causas alimenticias (ajo, cebolla, alcohol), pero también y de forma más seria, problemas dentales, de la boca, de la nariz (rinitis, sinusitis) o de acidez gástrica, suelen orientar el origen del problema, más en el plano médico que higiénico.
Combatir el mal aliento
Si los efectos de vuestro régimen alimenticio pueden controlarse a través de un tratamiento gástrico, una intervención médica puede ser necesaria cuando el problema se hace más grave. Las caries, los abscesos, se acompañan normalmente de un fuerte y desagradable olor. Además, los residuos alimenticios pueden alojarse en los huecos de algunos dientes.
Acudir al dentista
La acidez gástrica, normalmente causada por el alcohol y el tabaco, puede combatirse con medicamentos antiácidos o para controlar los ardores. Las infecciones de la boca son un factor frecuente. Las causas pueden combinarse, por eso se recomienda dejar de fumar y dejar de ingerir alcohol, igual que trabajarse la gestión del propio estrés, que suele ser una causa importante de la acidez estomacal.
En cualquier caso, existen productos para atenuar el mal aliento. Suelen tener una acción temporal, y su uso obliga a renovar las aplicaciones cada vez que sintáis necesidad.