Hoy volvemos a los deportes de invierno para tratar un tema especialmente importante, y que muchas veces crea males de cabeza considerables a muchos deportistas o montañeros. Se trata de caminar por la nieve. Muy pocos saben el peligro a la vez de la dificultad de caminar entre la nieve hasta que se ven en un camino con nieve hasta las rodillas y con el reloj en contra, es entonces cuando el pánico y la desesperación aparece, al ver que el avance es terriblemente lento y las condiciones se van complicando a cada minuto que pasa. Por eso, es vital tener diferentes cuidados y cosas en la cabeza, para que caminar por la nieve sea algo que valga la pena.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que caminar por la nieve es una experiencia muy positiva, notar el frío, así como ese tan característico sonido de nieve rompiéndose en nuestros pies, suele ser uno de los principales atractivos, pero lejos de visiones utópicas la realidad es que cuando el grueso de nieve empieza a subir, la complicación se hace máxima.
Por todo ello, a continuación te voy a comentar algunos consejos que te ayudarán si te encuentras en esta situación, y que te ayudarán hacer que caminar por la nieve sea una experiencia divertida y segura:
- No pares: no hagas paradas innecesarias, con el frío los músculos pueden congelarse rápidamente sin que te des cuenta, y volver a empezar será casi imposible.
- Controla el tiempo: caminar por la nieve supone avanzar de una forma mucho más lenta, por eso hay que tener bien calculado los tiempos, para no quedarnos sin luz a medio camino.
- Indicaciones: la nieve hará que las indicaciones no se vean, o que sean poco claras, hay que extremar el cuidado y atender siempre a los elementos que podamos llevar con nosotros, como por ejemplo el gps.
- Bajadas que no se ven: con la nieve, es habitual no ver claramente el camino, y podemos caer por sus bandas, además, la nieve parece uniforme, y no lo es, podemos caer en nieve blanda, y por tanto tener caídas salir de esos huecos es normalmente complejo.