Regla de higiene elemental: ducharse todos los dÃas. Preferentemente por la mañana, para comenzar el dÃa frescos y activos. Pero cuidado con los excesos de la higiene: 2 duchas al dÃa, 3 duchas al dÃa, no siempre es hacerle un favor a la piel.
En efecto, la ducha, la acción del agua, del jabón, agrede la piel, la seca, la fragiliza (sobre todo en invierno). Por lo tanto es preferible limitar la frecuencia de las duchas, 2 en verano, 1 en invierno (aparte de las zonas pilosas que pueden lavarse con jabón dos veces al dÃa).
Utilizad, por ejemplo, un jabón de Alepo (un jabón natural ancestral a base de aceite de oliva y de laurel). Con este producto, podréis decirle adiós a los granos causados por la mayorÃa de los geles de ducha.
Diferenciar el cuerpo de la cara
La cara es una zona frágil, continuamente en relación con las agresiones externas, lo que no es el caso de la piel del cuerpo. De esta forma, parece lógico lavarse ambas partes por separado: el cuerpo debajo de la ducha, por supuesto, sin usar un agua demasiado caliente, y sin prolongar demasiado el placer: la piel se seca rápidamente.
La cara en el lavabo, utilizando agua frÃa o templada con el fin de no eliminar las capas de la piel, y utilizando jabones especÃficos en función del tipo de piel (la piel grasa puede tener una tendencia para producir acné, o al contrario, seca, que tiene tendencia a crear eccemas…), y utilizando productos de higiene una sola vez al dÃa, incluso en verano.
Utilizar un buen jabón
Siempre con la preocupación de no secar demasiado la piel, pero también intentando preservarla de la aparición de eccemas u otras contrariedades, no se puede utilizar cualquier jabón. Evitar los jabones y los geles perfumados. Dad prioridad a lo natural. Un buen jabón de Marsella, o un jabón de Alepo son los más indicados. También se pueden usar jabones bio.