Los cuidados de la piel no se pueden improvisar: además de la hidratación, hay que mantener su elasticidad, y aplicar los cosméticos necesarios para que no pierda su tono vital, ni el brillo, ni la suavidad natural que todos deseamos conservar.
Frágil, fina, escamada, la piel seca es difÃcil de equilibrar, puesto que es extremadamente vulnerable a las agresiones externas. Frotamientos, baños muy calientes, rayos solares, etc., basta que nos excedamos en algo de esto para que la piel se desestabilice y se resienta de forma visible.
El primer gesto que se impone es la hidratación cotidiana, que debe realizarse, preferentemente, tras el baño matinal, que es el momento en el que la capa córnea se ablanda, y permite que la crema penetre mejor en el interior de la piel.
Elegid los cosméticos especÃficos que le vayan mejor a una piel seca. Su fórmula hidratante fija el agua, además de contener una serie de substancias que refuerzan la capa hidrolipÃdica de la superficie que protege la piel, normalmente deteriorada por la sequedad cutánea.
Además de una hidratación correcta e intensiva, otros cuidados y medidas preventivas son muy útiles. Por la mañana, una simple ablución de agua fresca sobre la cara es suficiente. Pero, si sois de las personas que no pueden vivir sin jabón, utilizad preferentemente el jabón graso, o mejor aún el pan dermatológico (o jabón sin jabón), con un pH parecido al de vuestra piel.
Por la noche, lo ideal es enjuagar la cara con agua mineral. Evitar los tónicos y lociones, especialmente si contienen alcohol, y secar la piel a conciencia, a través de golpecitos suaves con la toalla.
No es bueno que dejemos secar la cara al aire, puesto que corremos el riesgo de acentuar la sequedad cutánea. Para los hombres que saben cuidarse, la piel del rostro es la mejor carta de presentación. Una piel cuidada, limpia, tersa y brillante es signo de juventud.