El melanoma es un cáncer de piel, y no se debe confundir con un simple lunar benigno. El melanoma maligno es particularmente grave, puesto que tan sólo representa el 5% de los cánceres cutáneos, pero es responsable de cerca del 70% de las muertes relacionadas a estos tipos de cáncer. Y son cifras que van en constante aumento.
Cuanto antes sea detectado un melanoma, será mayor el número de posibilidades de curación. Lo lunares que evolucionan hacia un melanoma son raros, pero las personas que tienen una piel lechosa, blanca, y que se ponen rojas rápido cuando toman el sol, con o sin pecas, y que han tomado anteriormente mucho sol antes de los 12 años, y que presentan varios lunares en el cuerpo que suelen estar expuestos al sol o a frotamientos constantes, sufren un mayor riesgo que las demás. Los factores hereditarios también pueden jugar un papel importante en estos casos.
Cuidado con el sol
El sol es la causa principal de un melanoma. Los rayos UVA y UVB son particularmente dañinos para la piel. Es necesario proteger a los niños: gorro, camiseta, crema protectora total. Se deben evitar las exposiciones entre las 11h y las 16 h.
Detectar un melanoma
Existen casos de melanoma fulgurantes en los que no suele haber mucho que hacer, pero generalmente el melanoma evoluciona durante meses, incluso años, hasta poder ser diagnosticado.
Se recomienda realizarse una revisión, al menos una vez al año, por parte de un dermatólogo, consultar al médico de cabecera, o al especialista, en cuanto aparece una mancha sospechosa, o una modificación de un lunar. Para facilitar el trabajo de «localización», un medio nemotécnico puede ser éste: las reglas ABCDE a las que normalmente responden los melanomas:
A. AsimetrÃa,
B. Bordes irregulares,
C. Color que no es uniforme, con matices de marrón oscuro, y zonas más claras,
D. Diámetro superior a los 0,5 cm,
E. Evolución, porque un melanoma cambia con el tiempo.