Hace un año la realidad de nuestras vidas cambió, radicalmente, para todos y cada uno de los seres humanos del mundo. Por fin, al menos, algo nos ha unido a todos, donde quiera que estemos, seamos más o menos jóvenes, estudiantes, trabajadores o desempleados. Pero lo que nos ha unido nos ha llevado a estar aislados, a no poder relacionarnos como hacíamos, a no poder viajar o desplazarnos como solíamos. La distancia social es la “nueva normalidad”, entre comillas, porque no es propio de humanos estar aislados como animales sociales que somos. Pero a la espera de superar este bache, vamos a echar la vista atrás por un momento y hacer balance de cómo ha cambiado nuestra relación con el deporte en este último año.
No hay que hacer un gran esfuerzo para comprobar que muchas cosas han cambiado. Para empezar, hemos aprendido que la ropa deportiva es comodísima no solo para hacer deporte, sino para realizar cualquier actividad y además ¡nos vemos bien con ella! Los fabricantes han creado diseños muy favorecedores a la par que efectivos para la actividad deportiva, y gracias al código descuento JD Sports podemos hacernos con infinidad de prendas y zapatillas de las mejores marcas sin gastar de más. La ropa deportiva ha pasado a ser la más usada por todos, grandes y pequeños. Los pantalones y camisetas cómodos de algodón para estar por casa, los leggins y unos buenos calcetines se han convertido en nuestros básicos, junto con un par de zapatillas deportivas, para hacer ejercicio o para ir a hacer la compra. Tampoco es extraño que esta temporada las riñoneras estén cada vez más de moda, porque son muy prácticas para llevar lo imprescindible y son tan ligeras que sentimos como si no lleváramos nada. Y si el chándal llevaba tiempo ganando adeptos, en este último año ha triunfado por goleada.
Meses atrás había gente que hacía deporte y gente que no, gente que salía a correr con regularidad, gente que iba al gimnasio cada día y gente que de vez en cuando entrenaba. Ante el primer confinamiento por la pandemia, todo el mundo, los que eran deportistas y los que no, empezamos a movernos, en casa, como podíamos. Quizá al principio para pasar el rato, para aliviar el paso de las horas, todas iguales, quizá también para intentar quemar algunas calorías y evitar convertirnos en barriletes y quizá también, por empatía, por compartir con nuestros familiares y amigos alguna actividad conjunta. Y así, de la noche al día, todos nos pusimos a practicar pilates, yoga, zumba o fitness con una pantalla delante. Nunca lo habíamos hecho antes, pero nos aferramos a la mano que nos tendía la tecnología y aprendimos a usar apps para mantener una rutina deportiva. Que fuesen 10, 20 minutos o media hora, si no todo el mundo, una buena parte de él hacía ejercicio a diario. Descubrimos que en casa se pueden hacer muchas cosas y que los muebles tienen más utilidades de las que habíamos imaginado, como soporte para hacer estiramientos y otros tantos ejercicios aeróbicos.
Con el paso de las semanas nos dimos cuenta de que la actividad deportiva era esencial, no solo para no ponernos como toneles, sino para ayudarnos a mantenernos sanos mentalmente y con un estado anímico positivo. Y desde el momento en que se pudo, salir a correr, a pasear o montar en bicicleta han sido nuestras válvulas de escape, nuestro momento de fiesta.
Este ha sido uno de los grandes cambios, sino el más importante de este último año respecto al deporte: la conciencia de que el ejercicio físico es esencial para estar sanos en cuerpo y alma. Nunca antes habíamos sentido tan profundamente las famosas palabras latinas del poeta Terencio: Mens sana in corpore sano. El deporte nos ha ayudado, no solo a tonificar los músculos y a controlar el peso, sino también a prevenir enfermedades, a reducir y superar el estrés y el insomnio, y a fortalecer nuestra salud mental.
Si hiciéramos una encuesta sobre cuántos de nosotros hemos comprado ropa deportiva online en este último año, o sobre qué accesorios hemos adquirido para ponernos en forma, nos sorprenderíamos. Rodillos, bandas elásticas, esterillas y pesas han estado en el salón de nuestra casa junto con los libros de texto y los portátiles.
Igualmente interesante sería hacer una encuesta sobre qué aplicaciones conoce cada uno en materia deportiva, cuáles hemos utilizado durante estos meses y cuáles seguimos utilizando. ¿Quién de vosotros no ha recibido o enviado por whatsapp alguna app de fitness? ¿Quizá Seven, FitOn, 8fit, Freeletics o Yoga For Beginners? ¿Y quién no ha tenido alguna charla acerca de “yo hago este ejercicio y luego este otro”? ¡Por fin hemos comprendido que el deporte es salud!
Ahora que finalmente lo hemos entendido solo falta que mantengamos el hábito, sea en una vida más normal o más peculiar de la que estamos viviendo. Que en este año “olímpico anómalo” no nos olvidemos de las palabras que simbolizan el espíritu de las Olimpiadas: “Citius altius fortius”, es decir, “Más rápido, más alto, más fuerte”.