Las tecnologias son fantásticas siempre que se hace un buen uso de ellas. Vivir pendiente de las novedades en las redes sociales o vivir pegado al teléfono móvil produce ansiedad y estrés. La clave para hacer un buen uso de las nuevas tecnologÃas es encontrar siempre el término medio y el equilibrio de no caer en la dependencia.
¿Cómo desintoxicarte de las tecnologÃas?
1. En primer lugar, puedes delimitar los espacios personales en los que utilizas el ordenador. Por ejemplo, en horario de oficina y en momentos puntuales de tu rutina personal.
2. Existen costumbres que es fundamental evitar. Por ejemplo, es un error estar pendiente del teléfono móvil mientras disfrutas de un plan social. Este tipo de actitudes, producen un efecto de aislamiento social en aquel que no se centra en el momento en el que está y se distrae con otras ocupaciones que pueden esperar.
3. Existen personas que tienen muchos espacios personales en los que dependen de la tecnologÃa. Por eso, para contrarrestar el efecto del exceso de dependencia de las tecnologÃas, es muy importante encontrar espacios en los que puedas prescindir del teléfono móvil y el ordenador. Actividades tan sencillas como salir a dar un paseo, andar en bicicleta, practicar deporte, escribir una carta, quedar a tomar algo con un amigo para charlar…
4. Establecer unos hábitos de horarios también es saludable para marcar lÃmite a las tecnologÃas. Por ejemplo, puedes marcarte unos horarios concretos para consultar las novedades de tus redes sociales.
5. Es fundamental tener un orden de prioridades en el dÃa a dÃa. Y existen gestos muy sencillos para ser coherente con ese orden de prioridades. Por ejemplo, silenciar el teléfono móvil cuando estás compartiendo un momento personal con tu pareja, con un amigo o con un familiar. O simplemente, cuando quieres estar a solas contigo mismo sin interrupciones externas.
Existen algunos sÃntomas que muestran que una persona tiene dependencia respecto de las tecnologÃas. Por ejemplo, cuando olvida apagar su teléfono móvil antes de entrar en clase en la universidad, en el trabajo o en el cine. Cuando experimenta sensación de angustia y malestar al haber olvidado el teléfono en casa.