La lucha contra el envejecimiento no sólo está reservada a las personas que tienen una cierta edad. Bajo la influencia de la moda y de la publicidad que venden el elixir de la eterna juventud, los hombres han entrado en una batalla antienvejecimiento desde muy jóvenes. Los estudios dicen que los jóvenes, a partir de los 20 años comienzan algún tipo de tratamiento antiedad.
Sin embargo, si utilizamos este tipo de cosméticos muy pronto, podemos provocar el efecto inverso buscado: existe el riesgo de acelerar el envejecimiento de la piel, y de provocar cierto desgaste, potencialmente irreversible, en vez de protegernos de los efectos del paso del tiempo.
Cremas antiedad
Estos productos suelen ser ricos en activos, y sobre una piel joven tienen el riesgo de perturbarla. El resultado: la piel respira mal y las toxinas se quedan encerradas en la epidermis, reforzando la aparición de granos.
Los activos de estos cosméticos actúan reforzando la piel para que se renueve con mayor rapidez. De esta manera, las células muertas se eliminan con facilidad, y son reemplazadas por otras.
Sin embargo, esto no es recomendable en una piel joven, puesto que puede perder su elasticidad, su resistencia y su hidratación.
Irritaciones y alergias
Las pieles jóvenes son más sensibles y más reactivas. Por esta razón necesitan pocos productos agresivos, para evitar la aparición de enrojecimiento, irritaciones, y ciertas alergias derivadas. Las reacciones cutáneas pueden tardar bastante tiempo en desaparecer.
Los cosméticos inadaptados hacen que la piel sea más sensible al sol. Por esta razón la piel se hace más reactiva a la menor exposición solar: enrojecimiento, erupción cutánea…
En resumen, a cada edad su propio tratamiento. Es importante elegir los cuidados que mejor se adaptan a cada tipo y edad de la piel. En caso de reacción de la piel, se debe consultar al dermatólogo, que nos indicará los pasos que debemos seguir.
No olvidemos que la mejor forma de preservar la juventud de la piel es la de evitar el tabaco.