Hacer cambios saludables en la alimentación se traducen en beneficios para el organismo y mejoran notablemente la calidad de vida tanto de niños como de adultos.
La vida moderna lleva a que muchas personas se alimenten de forma incorrecta, conductas que a través del tiempo resultan dañinas para el organismo.
Seguir conductas saludables conducirá a quienes las practiquen a disfrutar de los beneficios de forma casi inmediata, solo será necesario trazar un camino y estar convencido de querer cambiar los hábitos alimenticios.
En primer lugar, es necesario contar con la motivación suficiente y razones propias, ya que de nada sirve hacer una dieta equilibrada y sana porque otros lo hacen.
De allÃ, que establecer las propias metas en relación a la alimentación es fundamental, como también tener en cuenta que un plan bien diagramado contará con metas a corto y largo plazo, siendo sencillo medir el éxito obtenido en las primeras.
También, es bueno ser conciente de aquellos obstáculos que pueden interponerse en el camino, esas tentaciones que son difÃciles de superar y de allà la importancia de contar con la ayuda de un profesional en nutrición y del grupo familiar al incluir esos nuevos hábitos alimenticios para seguirlos en familia.
Llevar un registro de los progresos, en el caso que los cambios de hábitos alimenticios se relacionen también con la intención de bajar de peso, puede ser de gran ayuda para mantener la motivación siempre en alza.
Contar con razones y motivos propios para una alimentación saludable es fundamental para dar comienzo a una nueva vida, dejando atrás las meriendas y comidas altas en grasas sustituyéndolas por alimentos ricos en fibra.
En un principio es aconsejable anotar a diario los alimentos que se consumen por un lapso de dos semanas, ya que esto ayuda a tomar conciencia si se está comiendo demasiado. Posteriormente será necesario comparar este consumo con los alimentos que se aconsejan en una dieta saludable y equilibrada, siendo una forma de diagramar una dieta personal.
Establecer metas que pueden alcanzarse ya que de lo contrario la decepción hará que se retomen los malos hábitos alimenticios.
Cualquier cambio saludable, no importa cuán pequeño sea, es siempre un buen comienzo hasta establecer las metas reales que desean alcanzarse.
En el caso de los objetivos planteados a largo plazo, las metas tendrán un plazo de entre 6 a 12 meses para concretarse.
Tanto las metas a corto como a largo plazo, siempre pueden modificarse, siendo esta la posibilidad de mantenerse motivado y seguir adelante, haciendo de ser necesario, los cambios oportunos.
Escribir las metas también ayuda a recordarlas y tener siempre una idea clara de la finalidad perseguida, utilizando entonces un plan de acción personal que deberá estar siempre colocado en un lugar visible de la casa, como un recordatorio de aquello que desea conseguirse.
Metas especÃficas, compras de alimentos diagramadas previamente y objetivo cumplidos de forma progresiva son los mejores caminos para llegar al éxito.