A la mayorÃa de las personas les gusta lucir una piel bien bronceada durante todo el año, por eso cuando el clima no lo permite recurren a medios artificiales para someterse a sesiones de rayos ultravioleta y asà mantener el tono oscuro de la piel.
Esas sesiones de exposición a los rayos UV suelen hacerse en centros especializados que ofrecen a los clientes cabinas de bronceado con fines estéticos, sin embargo no siempre se advierte a los usuarios del riesgo que implica tal práctica.
Por su parte la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, IARC, en una publicación reciente de la revista médica Lancet Oncology, reveló que el uso de cabinas solares podrÃa aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en un 75 por ciento, señalando que son más peligrosas de lo que se creÃa, particularmente en los niños y jóvenes.
En base a esto el IARC ha reclasificado las cabinas de bronceado pasando de probablemente cancerÃgenas para las personas, a la lista de principales amenazas de cáncer para los humanos, junto al arsénico, el amianto y el cigarrillo.
El informe del IARC llegó después de que cientÃficos de nueve paÃses se reunieran en junio para revaluar los riesgos de cáncer que generan distintos tipo de radiación. La OMS ha establecido que no recomienda el uso de cabinas de bronceado para fines cosméticos.
En la actualidad las camas de bronceado se fabrican con mayores niveles de UVB para imitar al sol y acelerar el proceso de bronceado, lo que representa un incremento en el riesgo de padecer cáncer.
Algunos paÃses de la Unión Europea y estados de Estados Unidos regulan esta práctica, llegando inclusive en ocasiones a prohibir el uso de estos dispositivos a los adolescentes o requieren el consentimiento de los padres o del médico. En algunos lugares también se ordena que se indique el peligro que implica esta exposición para la salud.
Pese a que representan una amenaza a la salud, las cabinas de bronceado siguen siendo utilizadas por lo que lo mas sensato en estos casos serÃa reducir la cantidad de exposiciones y utilizar los correspondientes productos bronceadores que hidraten y protejan la piel, tal y como debe hacerse con la exposición al sol.