Cuando caemos en una dinámica de alimentos más caros en muchos países del primer mundo no nos damos más bien cuenta. Hablamos de pequeños cambios que casi no notamos, pero que van configurando todo un marco de relaciones internacionales que tienen consecuencias en el otro punto del mundo. Así, mientras que los alimentos más caros significan simplemente una subida en nuestro coste de la vida en los países occidentales, para todos aquellos países pobres son el principal motivo del hambre y de la pobreza.
Un mercado cambiante y muy sobrecargado provoca una oferta extensa, que colma la demanda y genera una bajada de precios generales, pero la volatilidad de los precios y lo inestable de los mercados hacen que los precios de los alimentos en los últimos años hayan subid de forma considerable, suponiendo para los países pobres, en especial los de África, una considerable causa de pobreza y por tanto de hambre. La FAO, con sus últimos estudios han concluido que son cerca de 600 millones de personas en el mundo en situación de subnutrición, con las diferentes consecuencias que esto conlleva, no solo en términos sociales, sino también en el drama humano que significa tener a tal volumen de personas cada día en situación de hambre.
La demanda de alimentos crece continuamente, sobretodo por la demanda de los países que están creciendo, tanto de forma económica como en población, generando un bienestar que hace que sus ciudadanos quieran más productos de alimentación, lejos de sus tradicionales dietas bastante reducidas. Pero estos alimentos más caros de nuevo amenazan a los más pobres, que no son capaces de llegar a la suficiente capacidad económica como para conseguir los alimentos básicos para sobrevivir.
Un problema es que los precios caen y suben constantemente, esto es un problema aun mayor, porque simplemente destroza a los campesinos pobres, que ven como no pueden mantener un proyecto a largo tiempo por esta volatilidad de precios continúa, lo que encarece aun más los productos de primera necesidad en las zonas donde más se necesitan, a la vez que mete más personas en bolsas de pobreza.
La solución pasa por prevenir de una forma más acertada si los alimentos más caros lo serán durante mucho tiempo, así como políticas más concretas de los países de todo el mundo.