Prevenir el sobrepeso y la obesidad es uno de los grandes desafíos para poner freno a lo que se considera como la epidemia del siglo XXI. Un control adecuado de la energía ingerida a través de alimentos y bebidas, como también la que se gasta por medio del ejercicio físico, es esencial para lograr un buen programa de prevención del sobrepeso y la obesidad que afecta a personas de todas las edades.
Conocer de forma detallada los componente del balance energético y de los factores que pueden influir en él puede ser una herramienta de gran ayuda para lograr un adecuado balance energético.
Controlar la energía ingerida y la que se gasta a través de la actividad física, como también la consumida para utilizar los nutrientes que aportan los alimentos sin descuidar las funciones vitales, se presenta como esencial para la prevención de la obesidad.
Existen principios básicos como que el peso corporal se mantendrá si la ingesta de alimentos y bebidas igual al gasto debido a que esto se traduce en un equilibrio energético. Una alimentación no solo equilibrada sino también variada junto con la práctica de ejercicio físico de forma habitual, serán las claves a utilizarse para las nuevas guías alimentarias de 2015.
Una revisión profunda de las actuales guías y encuestas alimentarias permitirá el desarrollo de recomendaciones a la población relacionadas con la nutrición y las dietas más adecuadas que sumada a la actividad física acorde al estilo de vida actual.
¿Qué es el balance energético?
Un concepto sencillo para explicar el balance energético es el que apunta a que el peso de una persona es la relación existente entre las calorías ingeridas y las que se gastan durante cada jornada.
Esta relación se conoce como balance energético y punto clave para comprender el por qué del aumento o disminución de peso que puede sufrir una persona. Así, el balance energético es el equilibrio entre la energía que se consume a través de los alimentos y la que se gasta diariamente.
Por otra parte, cabe destacar que la energía en realidad ni se crea ni se destruye sino que se transforma y teniendo en cuenta las diferentes formas que pueda tomar, la cantidad total de energía es constante ya que cuando desaparece en una forma aparece simultáneamente en otras.
- Equilibrio energético: Es cuando la ingesta y el gasto de energía son iguales, manteniendo así un equilibrio representado por el peso corporal.
- Balance energético positivo: Está representando cuando la ingesta de energía es mayor a su gasto y se traduce en un aumento de peso.
- Balance energético negativo: A la inversa del anterior cuando la ingesta de energía es menor que el gasto se produce una disminución del peso corporal.
A través del consumo de alimentos que contienen proteínas, hidratos de carbono y grasas se proporciona la energía que el organismo necesita para funcionar adecuadamente, una energía que se gasta por medio de actividad física, metabolismo basal en reposo y también por el efecto térmico de los alimentos.
Teniendo en cuenta los parámetros antes mencionados queda claro que uno de los principales objetivos, de los expertos en nutrición, dietética, actividad física, medicina, farmacia, deporte y salud en general que se reunieron en el encuentro organizado por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), ha sido realizar la revisión de las actuales guías y encuestas alimentarias, permitiendo el desarrollo de recomendaciones a nivel de dietas y nutrición hacia la población.
Este encuentro también ha servido para debatir sobre el papel de la actividad física que junto con el equilibrio energético se destacan como herramientas adecuadas para la prevención no solo del sobrepeso y la obesidad sino también de otros problemas de salud derivados de hábitos de vida poco saludables.
Según la opinión del doctor en Medicina Javier Aranceta, de la Universidad de Navarra, es necesario transmitir a la población los objetivos nutricionales utilizando una mayor evidencia científica para que finalmente todas las recomendaciones sobre la cantidad y variedad de alimentos que es necesario comer.
En el caso del doctor en Medicina Lluis Serra-Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas, quien también participó de este encuentro, el modelo de “estilo de vida mediterráneo” considerado como un óptimo ejemplo a seguir en cuanto a estilo de vida, es el mejor sistema de prevención y tratamiento del sobrepeso y la obesidad como de la vida sedentaria.
Estimación de la ingesta energética en relación a la actividad física
Durante este encuentro también fueron abordados aspectos relacionados con los conceptos de equilibrio energético y su importancia para prevenir el sobrepeso y la obesidad.
La relevancia de este tema está dada si se tienen en cuenta los datos sobre los patrones alimentarios en España durante las últimas cuatro décadas en las que ha podido observarse como, a diferencia de lo que se esperaba según las actuales cifras de sobrepeso y obesidad, el total de calorías ingeridas por la población española es en un 13% menor que en décadas pasadas, concretamente pasó de 3008 calorías por persona por día en 1964 a 2609 calorías por persona y por día en el año 2012.
Esto demuestra que a pesar de haberse reducido la ingesta de calorías en la dieta no se ha conseguido tener un balance energético equilibrado sobre todo por el estilo de vida sedentario que se evidencia en un menor gasto de energía, mientras que otros participantes de esta reunión introdujeron un nuevo modelo de metodología para el estudio ANIBES y durante 2015 serán presentados, los primeros datos obtenidos de una encuesta nacional multidisciplinar y representativa, con mayor evidencia científica.
Dentro de este nuevo modelo metodológico serán incluidos datos como el IMC, (perímetro abdominal y porcentaje de materia grasa), ingesta de energía y macronutrientes y gasto de energía a partir de encuestas de actividad física que será validada con acelerómetros en una parte de la muestra analizada, incluyéndose también aspecto relacionados directamente con la salud.