El culturismo, como cualquier práctica deportiva, entraña sus riesgos, y aunque se realice muchas veces en un sitio cerrado y teóricamente controlado, se puede incurrir en algún tipo de lesión. Además, a un nivel más alto o bajo, pueden darse las tÃpicas lesiones musculares por sobrecarga o por no saber realizar los ejercicios de forma correcta.
Por todo ello, debemos extremar el control y asegurarnos de que realizamos los ejercicios y nuestra rutina de forma controlada y positiva. En este campo, aunque cada dÃa surgen nuevas rutinas y técnicas, hay que ser realista y saber que muchas de las cosas ya están descubiertas, y que es mejor seguir la estela de los que ya lo han probado que aventurarnos en extraños caminos que no sabemos bien de donde llegan.
Otro problema, es la falta de paciencia, la desesperación por querer obtener resultados puede llevar a algunos culturistas a prácticas poco saludables, por ejemplo, la Journal of the American Academy of Dermatology ya demostró por allá el lejano año 2000, que inyectarse aceite de sésamo bajo la piel para aumentar el volumen del músculo, posteriormente sufrÃan la formación de quistes y otros daños muy dolorosos relacionados con los depósitos de calcio.
Estos son ejemplos de malas prácticas deportivas extremas. Pero tampoco hay que caer en la depresión o el estigma social por haber tenido alguna de las habituales pequeñas lesiones musculares: que son básicamente un movimiento brusco sobre un músculo que se está contrayendo.
Tampoco hay que apurarse por los tan habituales esguinces, pinzamientos o tendinitis. Son el dÃa a dÃa del deportista, y el culturista es en el fondo eso, alguien que práctica deporte.
Si queremos tener un alto rendimiento y sobretodo no hipotecarnos de cara al futuro, siempre que notes una pequeña molestia deja de entrenar de forma inmediata, descansa, y si a la vuelta continua doliendo, acude rápidamente a un profesional médico, el cual te sacará de dudas.
La mayorÃa de lesiones graves son simplemente el haber forzado una pequeña lesión, asà que no cuesta nada ser precavido y ahorrarse problemas posteriores.
Con una práctica deportiva saludable, sensata y madura, podéis llegar donde queráis, solo es cuestión de entreno duro y mente clara.