El Aikido es un arte de origen japonés. Fue creado por Morihei Ueshiba en la década de 1940, siendo el resultado de un amplio estudio, investigación y entrenamiento de diversas artes marciales japonesas.
A pesar de ser considerada un arte marcial, por la mayoría de los que la practican, su propio creador denominó el Aikido como el arte de la paz, “Aikido no es una técnica para luchar y derrotar al enemigo. Es el camino para reconciliar al mundo y hacer de los seres humanos una sóla familia” dijo el Sensei Morihei Ueshiba. “El secreto del Aikido no está en como se mueven nuestros pies sino como movemos nuestra mente. Yo no estoy enseñando técnicas marciales. Yo estoy enseñando a todo el mundo la no violencia.” agregó el Sensei Ueshiba.
El término Aikido está formado por tres ideogramas que representan tres conceptos diferentes:
- El ideograma AI trae como concepto la armonía, unión, integración. Fonéticamente en japonés AI también significa amor.
- El ideograma KI conocido también como Chi (China) o Prana (India) significa energía, energía vital y vida.
- El ideograma DO conocido como Tao (China) quiere decir modo de vida.
En el Aikido, no existen ni las competiciones ni las disputas. Los entrenamientos son generalmente compuestos por un calentamiento y elongación del cuerpo, seguido del entrenamiento de las técnicas que pueden realizarse por parejas, tríos o más cantidad de practicantes.
Uno de los principios básicos del Aikido es la no resistencia, donde el practicante desarrolla la sensibilidad suficiente como para seguir la energía del compañero de manera armónica.
El Aikido se divide en dos aspectos básicos: el filosófico y el técnico, siendo que, en el primero dominan los conceptos metafísicos del Yin y el Yang y el segundo lo contempla como un método de combate, que sirve para enfrentarse a todo tipo de ataques, como estrangulaciones, golpes de puño, patadas, ataques con bastón, cuchillo o sable.
Es considerado un sistema de defensa eficaz en el cual no se utilizan paradas ni bloqueos, sino que se hace uso de la fuerza del oponente, siempre con movimientos circulares que son hechos con gran elegancia. Haciendo un empleo abundante del “tai sabaki” (esquive) y con otras técnicas que están formadas por torsiones, inmovilizaciones y proyecciones. A todo esto se agrega el entrenamiento con sable y bastón.
Todas las técnicas utilizada en el Aikido, tienen como finalidad el desarrollo de una fuerza que no usa la contracción de los brazos, ni de la espalda, ya que su espíritu se enfoca en el centro de gravedad (más abajo del ombligo), actitud que le suministra potencia, equilibrio y estabilidad, cualidades que son superiores a la fuerza muscular.
Principalmente actúa sobre las articulaciones del oponente, demostrando así, que la energía física no queda reducida a una cuestión de volumen o de peso corporal, sino, que por el contrario es la consecuencia del uso correcto del equilibrio y desequilibrio, de la aceptación del movimiento y de la armonía.