Un dato que pocos deportistas saben, es que el 56% de las muertes en un accidente se producen 5 minutos después de que acontezca este, y que en su mayorÃa, son hemorragias o obstrucciones de las vÃas respiratorias que son muy fácilmente detectables y tratables por cualquiera sin demasiada formación médica, por tanto, la verdad es que los que estemos presentes en el momento de un accidente, podemos, si actuamos de forma muy rápida y eficiente, salvar vidas, y nuestra ayuda puede ser simplemente determinante.
Es evidente que los accidentes deportivos son de muchos tipos, y que en general revisten mucha menos complicación que un accidente de coche, por citar un ejemplo, pero el deporte hoy en dÃa es tan amplio, que también podemos estar ante una situación peligrosa y de emergencia, como por ejemplo en un accidente de un ciclista, donde ese 56% de victimas mortales de las que hablaba, pueden ser incluso más altas.
Lo primero que debemos hacer en caso de accidente es actuar con calma, tenemos poco tiempo, y es preciso actuar de forma muy mecánica, y también sabiendo en todo momento nuestras propias limitaciones, ya que la primera norma personal ha de ser no poner en peligro más vidas de las que ya han sufrido lesiones en el accidente. AsÃ, unos segundos después de conseguir calmarnos y pasar el sobresalto del accidente, lo primero es conseguir limitar futuros daños, asà que intentaremos señalizar la zona del accidente para impedir que hayan nuevos accidentes.
Luego debemos hacer un vistazo muy, pero que muy, rápido de la zona, analizar la gravedad de los posibles heridos y intentar hacernos una fotografÃa de la situación, asà de forma rápida y contundente, procederemos a la llamada a los servicios de emergencia, para que puedan enviar las dotaciones necesarias. En esta llamada, debemos ser claros y audaces, indicar ante todo el lugar del accidente, con la máxima precisión, para seguir indicando los heridos y su si se puede su gravedad. Recuerda que ellos tienen unos protocolos, asà que mantén la calma y respétalos para hacerlo todo más rápido.
A partir de aquà nos queda atender a los heridos, siempre primero los más graves, y dejando de lado los más leves, si hay menores de edad se debe intentar dejarlos junto algún adulto, por ejemplo un herido menos grave, para que no se pongan en peligro ni sufran momentos de histeria.
Por último, recordar algunas normas básicas: no mover a los heridos si no hay peligro de muerte, no dar bebidas o comida a los heridos, jamás quitar casco a un motorista, etc.