En nuestras salidas a correr, muchas veces se nos plantea la duda de que tipo de terreno es mejor para nuestra práctica deportiva. Nos encontramos ante un camino, por ejemplo, en que hay césped y pavimento. La duda surge entonces, y nos preguntamos que pavimento puede comportar un menor desgaste para nuestras rodillas y gemelos.
Está claro que esta pregunta no tiene respuesta, ya que aunque si es cierto que el pavimento es mucho más duro y por tanto provocan desgaste mayor en las articulaciones para el corredor, también es cierto que al final, hay que escoger la opción que el corredor prefiera, ya que sobre gustes no hay nada escrito.
Aún asÃ, si es cierto que caminar sobre césped es algo más agradecido, aunque también se nos plantea el reto cuando hay algún tipo de objetivo en el sendero, por ejemplo piedras o grava, este terreno se convierte en el peor de todos, no tanto por la pisada, sino por el polvo y la arena que se levantan a nuestro paso y resulta tremendamente molesto dentro de las zapatillas o incluso en os ojos, además, nuestra velocidad se resiente al querer correr de diferente manera.
El terreno rocoso también es un problema, ya que las piedras pueden hacer que caigamos mal, y que nuestro tobillo pueda tener alguna lesión, en este caso, es mucho más recomendable otro tipo de terreno, la prevención aquà debe ser máxima.
Otros tipos de terrenos que nos podemos encontrar son la playa, quizá uno de los favoritos para aquellos que en verano quieran sudar la gota gorda, ya que la arena de la playa lo que provocará será justamente que nuestro nivel de fatiga crezca, aunque está a favor que correr sin calzado suele ser una de las prácticas preferidas con el buen tiempo.
Como veis, la clave siempre está en escoger aquello que se adapte a nuestras preferencias, y por supuesto un buen calzado, que nos ayude a sobrellevar todo se desgaste articular que tendremos al realizar las pisadas en el suelo.